Educación Física
La Educación Física se reconoce como un proceso formativo dirigido al desarrollo de capacidades y habilidades motrices, físico-deportivas y conocimientos específicos de los estudiantes, así como también de actitudes y valores cristianos, cuidando su cuerpo y estar saludable para servir a Dios de la mejor manera posible. El cuerpo es el templo del Espíritu Santo, y Dios debe ser glorificado en el cuerpo, asumiendo una visión holística del cuerpo como “unidad” que piensa, siente y actúa simultáneamente, en continua interacción con el ambiente, desarrollando todas sus dimensiones: biológicas, psicológicas, afectivas, espirituales y sociales. Dentro de esta área el desarrollo de la motricidad está considerado como un aspecto esencial.
En la Educación Física están consideradas dos categorías antropológicas: nuestro organismo (cuerpo) y su capacidad de acción y expresión (movimiento), que son los ejes principales a partir de los cuales se organiza la acción educativa generadora de aprendizajes corporales. La visión holística del cuerpo considera las dimensiones humanas y garantiza su desarrollo de manera integral, personal y grupal, promovido por el trabajo individual y en equipo, donde de forma solidaria se resuelven los problemas y conflictos con la capacidad de diálogo y apertura, tomándolas como base del proceso formativo, que fomentan actitudes de liderazgo que afiancen la autoestima y vivencia de valores a través de las experiencias Motrices, contextualizando la práctica de la Educación Física de acuerdo con los contenidos teóricos y prácticos en los diferentes niveles.
Las competencias que se desarrollan en el curso son:
- Se desenvuelve de manera autónoma a través de su motricidad.
- Asume una vida saludable
- Interactúa a través de sus habilidades sociomotrices
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